Modista y camisera. Morena y criolla, de familia con bajos recursos. Cantante, actriz de radio, cine y teatro, y compositora. Con un estilo vocal particular, fue una de las primeras mujeres argentinas en grabar un disco. El primero lo graba en 1924 para el sello Odeón, con 22 años de edad, aproximadamente la misma edad en la que comenzó a grabar Gardel. Dejó grabadas alrededor de 220 obras. En distintos teatros estrena tangos que se convierten en éxitos. Entre los temas que compuso se encuetran: "Dejame entrar, hermano", "Aguas tristes", "En esta soledad", "Por qué se fue", "Volvé negro" y dos de gran repercusión: "La canción de Buenos Aires", y “Pero yo sé”, el cual dicen que compuso para su amigo Carlos Gardel.
Fue una de las intérpretes que inició la participación definitiva de la mujer en el Tango, tal vez la más popular. Tarea nada sencilla en aquella época. ¿Por qué?
“Porque el tango es macho!
Porque el tango es fuerte!”
Así dice la letra de “La Cumparsita”, considerado por muchos, el himno de los tangos. ¿Será por eso que Azucena Maizani, Azabache (apodada así por Canaro) se transforma en La ñata gaucha (apodo que le puso Libertad Lamarque)?
El comienzo de su participación en la esfera pública - artística, lo hace de un modo muy interesante: realiza durante muchos años sus presentaciones vestida con trajes masculinos y atuendos criollos de gaucho.
Esos tangos de varones, por un lado cobran voz de mujer, sonido de mujer, (contundente e inconfundible por cierto), y por el otro, cobran cuerpo de mujer pero vestida de varón, y con labios pintados de rojo
con rouge.
Puede pensarse que quizás no le quedó otra opción que identificarse a esa estampa de hombre “fuerte” para acceder al campo escénico. Pero esta arriesgada artista, juega con esa performance desafiando, transgrediendo la imagen habitual de la mujer de esos tiempos, y sobre todo de ese Tango tan macho. Utiliza su cuerpo, su imagen como soporte y medio de expresión que no se sujeta a la estructura cultural dominante para las mujeres de esa época. De esta manera le da al público no solo la posibilidad de escuchar su increíble voz e interpretación, sino de abrir otros sentidos, y construir una nueva mirada.
con rouge.
Puede pensarse que quizás no le quedó otra opción que identificarse a esa estampa de hombre “fuerte” para acceder al campo escénico. Pero esta arriesgada artista, juega con esa performance desafiando, transgrediendo la imagen habitual de la mujer de esos tiempos, y sobre todo de ese Tango tan macho. Utiliza su cuerpo, su imagen como soporte y medio de expresión que no se sujeta a la estructura cultural dominante para las mujeres de esa época. De esta manera le da al público no solo la posibilidad de escuchar su increíble voz e interpretación, sino de abrir otros sentidos, y construir una nueva mirada.
Un tanguito y una milongua intepretadas por Azucena, con el pelo color negro azabache, con traje, con ropa de gaucho y rouge.
Mosaico criollo
Milonga del 900
Bonus:
Biografía
Columna radial
Anabela Brogioli
Bailarina y profesora de Tango
Actúa, escribe y dirige en artes escénicas
Estudiante de Lic. en Psicología (UBA)
contacto | info | material relacionado que deseen compartir anabela.brogioli@gmail.com
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