“La novela es un relato
que se organiza como mundo, el cine es un mundo que se organiza como relato”.
Jean Mitry (Estética
y psicología del cine)
Al presente, igual que desde su aparición a comienzos del siglo XX,
críticos, ensayistas y simples espectadores consideran que el cine es un arte,
un medio de expresión nuevo y que, por lo tanto debe ser distinto de la
literatura, con una expresividad diferente,
otro lenguaje, que incorpora nueva terminología y otro enfoque del arte.
A diferencia de ellos, aunque en retroceso numérico, otros consideran que el cine es un mero producto de la literatura, sólo una nueva expresión de ella.
Pero aparece por sobre estas opiniones encontradas, que cine y literatura están íntimamente unidas y condenadas a cruzarse e interrelacionarse.
El cine ha recibido de la literatura ideas, temáticas, relatos, argumentos, formas y estilos. La literatura, en todo el último siglo e incrementándose en lo que va del siglo XXI, va recibiendo del cine diferentes modos de mirar, una concepción narrativa distinta, que enriquece en los autores literarios, frecuentemente, su mirada y su estilo.
A diferencia de ellos, aunque en retroceso numérico, otros consideran que el cine es un mero producto de la literatura, sólo una nueva expresión de ella.
Pero aparece por sobre estas opiniones encontradas, que cine y literatura están íntimamente unidas y condenadas a cruzarse e interrelacionarse.
El cine ha recibido de la literatura ideas, temáticas, relatos, argumentos, formas y estilos. La literatura, en todo el último siglo e incrementándose en lo que va del siglo XXI, va recibiendo del cine diferentes modos de mirar, una concepción narrativa distinta, que enriquece en los autores literarios, frecuentemente, su mirada y su estilo.
Por ello, las primeras adaptaciones
de la literatura al cine se remontan a la época de los comienzos mismos del
cine, con los hermanos Lumière, quienes adaptaron el Fausto de
Goethe (1896) y posteriormente George Méliès, en 1899 presenta la primera
versión de La Cenicienta basada en la historia de los
hermanos Grimm y King John basada en la obra de
Shakespeare.
No resulta extraño entonces que desde
los inicios mismos de la historia del cine han sido frecuentes los intentos de
comparar la calidad resultante entre la obrar literaria y la película a la que
dio lugar.
Es indiscutible que el cine tiene que
hacer modificaciones de importancia cuando utiliza una obra literaria, como
reducciones de tiempo y simplificación de argumentos, y es tal vez por esto que
novelas de la magnitud de La Ilíada, La Divina Comedia y Ulises no
han logrado ser llevadas al Séptimo Arte, y las versiones que se han hecho
de Don Quijote o de algunas obras de García Márquez no han
logrado el resultado que merecen.
De ahí que tiempo atrás se afirmara
que las mejores películas estaban basadas en obras que no tenían mayor valor
literario, y es también ésta la razón por la cual hoy día las series de
televisión resultan tan exitosas, porque permiten más tiempo para desarrollar
tanto la historia como los rasgos de cada personaje.
Entre los primeros análisis sobre esta temática se encuentra un interesante ensayo escrito por Virginia Woolf en los años 20 donde comenta, con relación a la adaptación de Ana Karenina de Tolstoi, que el cine debe dejar de ser un parásito de la literatura y explotar sus propios recursos. Woolf habló del realismo de la imagen en el cine y de la capacidad de este medio de abstraer al espectador de su propio entorno, lo que lo convierte de por sí en una entidad propia.
Estos fueron tiempos en los cuales
algunos escritores comenzaron a sentir que la literatura podría ser desplazada
por el cine. Es obvio que tal cosa no acaeció. Por el contrario se generó un
efecto inverso: el cine empezó a influir también en la literatura, y esto se
puede percibir aún en la obra de la propia Virginia Woolf.
Entonces ver, analizar y formular
análisis del cine usando las teorías literarias resultaba no sólo inadecuado
sino que resultaba desventajoso para el film, por lo cual resultaba necesario
encontrar otros métodos de análisis que ubicasen al cine en una categoría
independiente, con su estética y tecnología propias.
Llegamos al año 1957 en que se
publica el libro Novels into film de George Bluestone, el
primer tratado académico que fija parámetros respecto a la diferencia entre la
novela como medio lingüístico y el cine como medio visual, con su origen
independiente, su propio público y distinto modo de producción.
Bluestone dice que “dado que la
novela se presta para estados de conciencia y el cine para observación de la
realidad, la adaptación de una forma a la otra produce una entidad nueva,
completamente autónoma”, confirmando lo que había propuesto Virginia Woolf años
antes.
Posteriormente surgieron otras
aproximaciones como los modelos narratológicos (Gerard Genette, Roland Barthes)
y la adaptación como dialogismo intertextual (que viene de Michal Bajtin) hasta
concluir con la teoría más aceptada en este momento que es la de los
Polisistemas (Intermediallitat), que utilizan hipótesis más igualitarias, donde
se mezclan todos los aspectos artísticos y técnicos que involucra el cine,
además de la literatura.
Quedan, entonces, relativizados
comentarios como afirmar que el libro era superior a la película, que el
film no profundizó lo suficiente en la psicología de los personajes y que en la
pantalla todo pasó muy rápido, dejando lagunas sin resolver.
Pocas veces examinamos a qué obedece
este tipo de comentarios, o qué se requiere para que una película cumpla las
mismas expectativas que el libro, o si es del todo necesario incurrir en ese
tipo de comparaciones dado que se trata de dos medios diferentes.
Para incursionar en esto les
proponemos un apasionante ejercicio no sólo intelectual, sino estético y
esencialmente emocional. Sí emocional, ya que de ello se trata el
arte.
Vamos a tratar de –sostenidos en el
marco conceptual que acabamos de desarrollar- tomar en sucesivas publicaciones
una película y la novela sobre la que se basó y hablar sobre ellas.
Los invitamos a participar de la
experiencia. Y también, desde ya, a que nos propongan novelas y su versión
cinematográfica. Y más aún los invitamos a que posteen desarrollos sobre esta
temática.
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